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Lluvia ácida, qué es y sus consecuencias. Origen o causas

Lluvia ácida

El proceso natural del ciclo biogeoquímico de los diferentes elementos del globo permite un adecuado balance en el ecosistema, pero la creciente actividad humana relacionada con los procesos de generación de energías, partiendo de los combustibles fósiles y las múltiples actividades industriales acarrean mayores emanaciones de algunos compuestos, generando un desbalance o desequilibrio de la naturaleza, uno de estos fenómenos de mayor impacto a nivel ecológico genera una alteración en la composición de la lluvia y que se conoce como lluvia ácida, tema central de este artículo, donde se esclarece su definición, causas y efectos más notorios.

Qué es la lluvia ácida

La lluvia ácida es un tipo de precipitación anormal producto de la fusión de ciertos gases atmosféricos, como el dióxido de azufre y el óxido de nitrógeno, con la humedad de aire o el agua que originan moléculas perjudiciales para el planeta como el ácido sulfúrico y nítrico.

Aunque este fenómeno se conoce como lluvia ácida, una palabra más adecuada para nombrarla sería deposición ácida, ya que la acidez producida puede generarse en forma de gas o polvo y ser arrastrada a la Tierra bien sea por lluvia, nieve, granizo o hasta como niebla.

Este término fue usado primeramente en el año de 1850, por Robert Angus Smith, quien investigaba en esa época la química de la lluvia y demostró cómo está se acidificaba producto de la contaminación que emanaban al aire empresas que funcionaban a base de carbón.

El valor de pH de un agua de lluvia pura o no contaminada es aproximadamente 5.6, pero esta lluvia es rara, ya que las precipitaciones suelen tener un valor un poco más bajo por la exposición de algunos ácidos naturales, llegando este valor a 5. Sin embargo, en fenómenos anormales o de lluvia ácida éste tiende a ser menor, entre 3,5 y 4,5, e incluso se han hecho reportes de cifras más bajas en algunas ocasiones.

Causas u origen de la lluvia ácida

Como ya ha sido mencionado, la lluvia ácida tiene su génesis en dos gases que se encuentran en la atmósfera terrestre, el dióxido de azufre y el óxido de nitrógeno, ambos producto de la movilización natural de los elementos en la naturaleza, el primero proviene de las emisiones volcánicas y el segundo de los procesos metabólicos bacterianos durante la descomposición, los relámpagos, así como también de los volcanes; sin embargo, las mayores emisiones de ambos gases son producto de las actividades antropogénicas relacionadas con la industria (metalúrgica y automovilística principalmente) y la generación de energía como fuente principal, por lo que sus concentraciones atmosféricas han aumentado en los últimos años.

Tanto el dióxido de azufre como el óxido de nitrógeno se oxidan en la atmósfera, producto de la energía de la radiación solar y por la presencia de otros agentes oxidantes en este medio, así tienen su génesis el trióxido de azufre y el bióxido de nitrógeno, respectivamente. Estos compuestos formados al fusionarse con agua o vapor de agua dan origen a los componentes de la lluvia ácida que son el ácido sulfúrico y el ácido nítrico.

Después de las precipitaciones ácidas, los componentes se pueden trasladar a través de los cuerpos de agua del globo (ríos, lagos, océanos) y evaporarse, formando nubes que pueden a su vez recorrer grandes distancias por acción del viento. Así, estos químicos pueden llegar a cualquier lugar del planeta y no solo ubicarse en los sitios locales de producción de la contaminación.

Consecuencias o efectos de la lluvia ácida

Las principales consecuencias que trae la lluvia ácida son los siguientes:

Acidificación de los cuerpos de agua

Esto quiere decir que ocurre un descenso en el pH del agua, hecho que afecta a los seres vivos que no son capaces de desarrollarse en ambientes más ácidos, por lo que muchos especímenes del fitoplancton, invertebrados acuáticos, peces, anfibios y también hidrófitas pueden verse afectados hasta poner en riesgo su supervivencia. Esta problemática también altera el equilibrio existente en las cadenas tróficas, al generar pérdida de especies fundamentales.

Efectos nocivos a la salud y bienestar de los seres humanos

La lluvia ácida puede generar la liberación de partículas nocivas para los sistemas respiratorios humanos, generando afecciones como asma, bronquitis, neumonía, dificultad para respirar, así como también se ha asociado con patologías relacionadas con el sistema cardiovascular.

Aspectos negativos para el suelo y los bosques

La lluvia ácida a la vez que afecta los cuerpos de agua, también tiene efectos perjudiciales en el suelo y en los bosques, ya que cuando cae puede disolver muchos nutrientes y minerales necesarios para el crecimiento y desarrollo de los especímenes vegetales, de igual manera ocasiona incremento de la disponibilidad de ciertos tipos de metales que en mayores proporciones resultan tóxicos para la vida.

Entre los metales tenemos al cobre, mercurio o aluminio, elevadas concentraciones de este último metal, por ejemplo, afecta la correcta estructura y funcionamiento de las raíces y suprime el crecimiento del cambium. Todo ello plantea consecuencias graves sobre los bosques, al alterar su regeneración natural y hacer a estos individuos más propensos al ataque de patógenos, por lo que se puede perder este tipo de ecosistemas.

En este aspecto, los bosques más afectados en estos casos de lluvia ácida son aquellos más cercanos o con mayor contacto con las nubes y la niebla, es decir, los ubicados en regiones más altas.

Daños a la infraestructura y algunos objetos

Los ácidos disueltos en la lluvia corroen metales, mármol, piedra y deterioran pinturas, por lo que origina daños materiales, al afectar infraestructuras (como edificios y puentes), obras culturales (estatuas, monumentos), objetos (como lápidas) y también automóviles.

Autores consultados

  • Garcés. L.; Hernández, M. (2004).
  • García, S. (2009).
  • Pataki, G. (2002).
  • Ramírez, R.; Olmos, H. (2010).
  • Sánchez, G.; Ríos, L.; Hernández, M. (2010).

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