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Jazmin (Jasminum), características, usos y cuidados

Jazmín
Jazmín
Jacinta Lluch Valero/CC BY-SA 2.0

Género Jasminum

Jazmín se denominan todas aquellas plantas pertenecientes al género Jasminum, el cual se incluye en la familia Oleaceae, por lo que sus representantes son parientes del olivo, lilas, fresnos, entre otras. Los jazmines resultan ser un grupo numeroso, que tiene su origen en las áreas tropicales de Asia. El género está conformado por aproximadamente 300 a 500 especies tropicales y subtropicales. Es una planta muy popular entre los jardineros y se ha venido cultivando, desde hace varios años, con gran interés en distintas culturas.

Una variedad muy común y fácil de cultivar en interiores es Jasminum polyanthum, el cual se caracteriza por tener tallos largos y delgados.

Algunas especies como el jazmín común (Jasminum officinali) o el jazmín de arabia (J. sambac) se distinguen por producir fragantes flores, que pueden ser usadas para la elaboración de perfumes y té.

Características del jazmín

El Jazmín se caracteriza por crecer en forma de arbusto espeso o como una planta trepadora. Las hojas ovaladas y brillantes poseen una disposición opuesta y simple. Presenta flores axilares o terminales, de pétalos estrechos de color blanco y amarillo, aunque en raras ocasiones exhiben tonalidades rojas o rosadas. Pueden presentar uno o más folíolos y el fruto por lo general consiste de una baya negra de dos lóbulos. También presenta un cáliz tubular de 5 a 8 hendiduras, una corola cilíndrica con dos estambres y un ovario bicelular.

Los ejemplares de jazmín silvestres suelen tener ramas más largas que los crecen en interiores.

No está documentada la presencia de venenos en esta planta, sin embargo se ha logrado identificar la composición del aceite que contiene, el cual es rico en acetato de bencilo, terpinol, jasmona, benzoato de bencilo, varios tipos de alcoholes y otros compuestos.

Suelen liberar su aroma después de la puesta del sol, haciendo las noches más perfumadas.

Usos del jazmín

El jazmín ha resultado ser de gran importancia, sobre todo en la industria cosmética. El aceite extraído de las flores de jazmín es empleado desde hace años en la elaboración de perfumes, cremas, aceites corporales, jabones y champús.

Otra aplicación que se le ha dado a la planta, tiene que ver con la elaboración de té a partir de sus flores. Por otro lado, tanto la medicina popular, como la industria farmacéutica, han sabido aprovechar las bondades y propiedades del jazmín para elaborar una serie de productos y remedios con acción calmante, antihelmíntica, fungicida, antibacteriana, etc.

Así mismo algunas variedades de jazmín, conocidas como plantas de oficina, pueden actuar como elementos que reducen el estrés en ambientes laborales.

Cuidados

Los cuidados de la planta de jazmín, son esenciales para que crezca de manera correcta.

Una de las condiciones para que la planta crezca bien tanto al aire libre como en interiores es contar con tierra húmeda. Se recomienda un suelo bien drenado, para eso es aconsejable regar la planta una vez diariamente, y hasta dos veces al día en temporada de verano, para evitar que el suelo se seque. Sin embargo el riego exagerado debe evitarse, ya que esto podría ocasionar pudrición en la planta.

Así mismo la planta de jazmín requerirá de un espacio adecuado para expandir las raíces y el follaje de manera normal, por lo que una sobrepoblación de plantas podría afectar su crecimiento. Aquellas que se cultiven en exteriores necesitarán podas frecuentes para controlar su crecimiento.

El jazmín es una planta fácil de cultivar y por lo general requiere sol total o parcial para fomentar un crecimiento robusto. Es necesario que la planta reciba luz solar directa o parcial durante un mínimo de 4 a 6 horas diarias, ya que si permanecen en la sombra durante mucho tiempo favorecerán el crecimiento de hongos perjudiciales. Además del sol, el crecimiento del jazmín se ve estimulado por las corrientes de aire fresco, debido a esto es conveniente para las que crecen en interiores, colocarlas cerca de balcones o de ventanas abiertas.

Así como la luz del sol es imprescindible para su buen desarrollo, la planta de jazmín, necesita total oscuridad después de que se oculta el sol, para poder estimular el proceso de floración. Es por esta razón que las luces artificiales deben mantenerse apagadas, en las habitaciones o alrededores donde se encuentre la planta.

Otro factor que promueve el proceso de floración en las plantas de jazmín, es el uso de un buen fertilizante, rico en fósforo, nitrógeno y potasio. Expertos recomiendan usar el fertilizante cada dos semanas en época de primavera.

Aunque necesita de suelos húmedos y bien drenados para poder crecer, el jazmín puede tolerar temporadas de sequía. Además se adaptan muy bien tanto a suelos ácidos como alcalinos.

La altura que alcance la planta, así como el espacio que esta ocupe para crecer, dependerá de la variedad de jazmín que se esté cultivando. Por ejemplo, especies como el jazmín de arabia pueden medir hasta 10 pies de alto, mientras que el jazmín común puede alcanzar hasta 35 pies de alto.

Si se proporcionan los cuidados necesarios, el jazmín es capaz de florecer varias veces al año.

Propagación de la planta

El jazmín es una planta fácil de propagar, ya sea en macetas o en el suelo. Por lo general se opta por la siembra de esquejes, obtenidos de las puntas de los tallos de una planta sana y madura. Los recortes deben ser de aproximadamente 4- 6 pulgadas de largo. Se debe cortar justo en el punto donde una hoja se adhiere al tallo y descartar todas las flores y capullos del corte. Así mismo deben eliminarse todas las hojas, excepto las tres superiores. Cada corte deberá colocarse en una depresión de tierra húmeda contenida en una maceta, y se presionará suavemente alrededor de él.

La maceta deberá envolverse en una bolsa plástica, para mantener la humedad, y ser colocada en una habitación con una temperatura de aproximadamente 24 ºC, alejada de la luz solar directa. Al cabo de un mes comenzarán a desarrollarse las raíces, las cuales pueden ser trasplantadas a maceteros más grandes, con el fin de fortalecerlas, antes de colocarlas en exteriores o en el jardín.

Como el jazmín requiere humedad, es necesario regar la planta varias veces al día y en caso de no poder hacerlo manualmente, será necesario instalar un sistema de riego automatizado y cubrirlas de un material plástico que ayude a retener la humedad. Hay que asegurar que la maceta drene y que el agua no se acumule.

En época de invierno puede trasladarse a interiores y continuar con los cuidados necesarios hasta poder llevarla a su estancia definitiva. Debido a que el jazmín florece desde la primavera hasta el otoño, es recomendable podarla después de ese momento y guardar algunos esquejes para su posterior propagación.

Bibliografía

  • H. Panda. (2005)
  • A.K. Singh. (2006)
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  • Madhupriya, Rao, G. P. y Khurana, S. M. P. (2015)

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